Últimamente he estado pintando acuarela.
Me di cuenta que mi arte no obedece a nadie, ni siquiera a mi mismo. No es controlable ni manipulable ni predecible. En el momento que alguien la intenta controlar aunque sea de la forma más sutil y bien intencionada, se revela, se aleja, se oculta, por un tiempo hasta otra vez sentirse libre.
No está a la merced de nada ni nadie, ni de la mente consciente de su propio autor.
Es libre, no premeditada, espontanea. En el momento que pierde esto, para mi ya no es arte, ya no es gozo, ya es más de lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario