jueves, 12 de julio de 2012

Comentario a un amigo sobre la tesis que para obtener el título de licenciado en economía presentó la señora Pina Vasquez Mota



Rodrigo, desde mi humilde punto de vista, lo que realizó la señora Pina, en sus años mozos de juventud idealista y con muy poco tacto para la expresión de sus ideas, fue un intento de análisis para explicar las causas que dan origen al comercio informal, desde la perspectiva de lo que hoy la corriente americana de ciencia política comparada llama "rational choice", que en palabras más, palabras menos, es un estudio de costos y beneficios que orillan al individuo a actuar de una u otra manera. También entran al juego las fallas de nuestras instituciones y la cultura de supervivencia “mexa”, que en conjunto orillan a muchos de nuestros mexicanos a optar por el comercio informal como su fuente de alimento. Es claro que llamar delincuentes a los tiangueros es una osadía de parte de la señora provocada por ciertos estigmas sociales que afectan a muchas personas de su posición y demuestran su falta de empatía con el pueblo. 
Nada más pregúntale cuanto vale el kilo de tortillas. Un abrazo.

viernes, 6 de julio de 2012

El perdedor

Me levante a las seis con cinco minutos de la mañana con la poca emoción de vivir una experiencia. Llegué al lugar a las seis y treinta y cinco. Diez minutos después nos dieron la charla explicativa, pasados cinco minutos firmé la carta de liberación de responsabilidades. El avión despegó siete en punto.

Son las siete con veintitrés minutos de la mañana, hace tres mil doscientas cincuenta y dos milésimas de segundo di el paso. Ahora estoy como en un vacío, no puedo escuchar más que el silencio, solo pienso y siento.

Me siento enfermo del corazón, a pesar de que no tengo ningún malestar físico.
Parece que un virus está reteniendo mis buenos sentimientos, incluso mi sentido del humor.
En este momento, no encuentro nada gracioso en la vida. Dudo que lo pueda encontrar en la muerte.
No hay remedio para esta enfermedad. Ni la luz ni la oscuridad me pueden ayudar.
Bien dijo Nietzche un día, que en este mundo de sufrimiento la risa fue inventada como el último remedio que el hombre tenía.
¿que pasa cuando te roban tu sonrisa? ¿a donde se la llevan?
Necesito encontrarla y creo que esto es obra del orgullo tortuga.
No quiero ser así, pero lo que importa no es lo que quieres, sino lo que eres, por eso debo empezar en ser lo que quiero.
A todo esto, me surge una buena pregunta, ¿qué quiero?
¿Acaso quiero ser como el javivi gaytan, que vive sin hacer nada, sin sentido, esperando a que "algo" pase para hacer algo?
Si hay alguien que me escuche, por favor ayudeme a librarme de esto.

Me he convertido en una maquina analítica de costos y beneficios que solo habla si es necesario, solo sonríe si es necesario pero nunca se ríe por que no es necesario.

Recuerdenme quien era,
recuerdenme que hacía.
Recuerdenme quienes erán mis amigos
He estado entregado a muchas cosas todo este tiempo que me he olvidado mucho de mi persona.

Siento una frustración desesperada de no poder gritar. Tanta velocidad no le permite a mis pulmones impulsar el aire hacia mis cuerdas bucales para pronunciar siquiera un: "ah".

Ahora regreso a pensar.

Parece que todo lo que hago hoy en día, me sale mal. parece que ya no vivo para mi, parece que todo el tiempo estoy satisfaciendo a los demás, parece que creo que eso es amar, parece que estoy confundido, parece que no lo he hecho bien.
Todo lo he hecho pensando que estoy haciendo lo correcto, que estoy amando y todo me ha salido mal.
La claridad ya no me responde tan bien, parece que le falta aceite.
Tengo que empezar a vivir por mi mismo y dejar de complacer a los demás, están acabando con mi sonrisa. No quiero ser la "víctima", por lo que me guardaré estos pensamientos para mi mismo y solucionaré mi problema yo solo.
Hoy voy a ir al zoologico. Diablos, está cerrado. Bueno voy a ir a...
no necesito ir a ningún lado, la respuesta no está afuera. Está dentro de mi, pero para eso necesito relajarme un poco, comiendo un pay tal vez, todo el día he estado muy presionado por un malestar indescriptible. parece un dolor abdominal que sube al pecho y no me permite respirar. También viene acompañado de estornudos, por lo que se que siento que no estoy en un mundo seguro y amigable en estos momentos.

Llegó el momento de tirar de la cuerda, como el instructor me lo dijo en la charla. Espera, ¿estaba del lado derecho o izquierdo? Ah, debe ser esta.
Diablos, está rota.

Ya llegó mi día, ahora sabré si del otro lado hay risa. Ahora sabré si Dios existe. Nunca me imaginé que así sucedería, yo creía que tenía más tiempo todavía.

Me quede con ganas de expresarle tantas cosas a tanta gente, pero no lo podré hacer. Por lo menos quiero expresar mis últimas palabras. Pero estoy solo, bueno, tengo un hombre a mis espaldas pero no lo conozco, además no me puede oír, prácticamente sigo estando solo. Esta situación hace que la soledad que experimento sea tres veces más terrible.


Por favor!!! lo suplico!!! aun no me quiero ir! aun me quedan muchas cosas por vivir!
Es horrible gritar en tu cerebro y no poderte escuchar. Casi casi te pone a dudar de la realidad.

Esto es real, de pronto siento mucho miedo, es tan real que siento el escurrir de mi orina calentando mis piernas en cuanto las toca y contamina. 

A estas alturas, pienso en mi máma, 

Después pienso en mi mujer.
Pienso en mi papá
pienso en mis hermanos
pienso en mi abuela
pienso en mi abuelo
dejo de pensar.

A estás alturas lo único que me queda es rezar.

Ohhh Dios mío, acabo de sentir que el hombre de atrás también ya dejó escapar su orina.

Me digo a mi mismo: guarda la calma, en la charla dijeron que si esto sucedía jalara con fuerza la pequeña cuerda de color rojo sobre mi pecho.

Que es lo que quiero chingada madre!?

Que pasaría si muriera hoy?
que habría desayunado?
Le habría dicho a mis hermanos que los amo?

He llegado al punto en que la orina del hombre se a mezclado con la mía. La humedad nos ha hecho saber que los dos nos morimos de miedo. Un puente de humedad nos une, por fin algo en común. Me siento menos solo.

Me pongo a pensar en la vida del hombre de atrás. Siento compasión por él. Pienso en sus hijos que se cansarán de esperarlo para jugar. Su esposa estará muy preocupada. No se sabrá nada de él, hasta el noticiero de las ocho pm, donde anunciarán la tragedia: Guillermo se llamaba, ese era el nombre que su gafete señalaba.

Me gustaría poder decirle a Guillermo que no sienta miedo, que todo va a salir bien. La impotencia es desgarradora y cada vez me encuentro más cerca del piso.

Me persigno con la mente, tomo un respiro y tiro con mucha fuerza del cordón rojo.

Algo se accionó. No alcanzo a comprender que es, pero lo percibo de manera muy sutil.

El sonido de unas cuerdas se percibe, parecen que comienzan a salir, raspan con el nailon. Me doy cuenta que está empezando a abrir. No todo esta perdido, el paracaídas por fin va a salir. Gracias a la vida!!!
Quiero disfrutar mi vida, quiero esparcir mi amor. Quiero ser ecuánime y vencer mi alta estimación.

La caída será aparatosa, puesto que la bolsa de emergencia abrió a última hora. Seguimos cayendo a toda prisa, la bolsa a logrado disminuir tan solo un poco nuestra velocidad. Vamos directo hacia los arboles. "El aterrizaje va a estar cabrón, agárrate bien y prepara tus piernas como te dije!" Grita Guillermo. Lo logró escuchar, mezclado junto con el sonido que causa la fuerza del viento pegando con la revoltosa bolsa de nailon de emergencia.

Los arboles se ven cada vez más cerca, de pronto me concentró en ellos. Un silencio absoluto reina mi mente por unos segundos. Con mucho miedo, conservo mis ojos bien abiertos, enfocado en los arboles.

El silencio es interrumpido por el primer impactó en mi cráneo. Le sigue el ruido de las hojas agitándose y ramas rompiéndose y un gemido de Guillermo corto. Nuestros cuerpos unidos por el arnés y la orina de desplomaron como un meteorito sobre aquél árbol. Mi mente se tornó blanca y un profundo silencio volvió a reinar.

No sé cuanto tiempo transcurrió desde el impacto hasta que desperté.
Lo primero que sentí, fueron mis ojos. Estaba viendo mi realidad. podía parpadear. Sentí mis pulmones. los sentí expandirse al inhalar. Sentí mis manos y mis brazos. No lograba sentir mis pies.

Logre girar mi cuello levemente a la izquierda hacía atrás  y grite "¡Guillermo! ¿Estás Bien?"

Guillermo no contestó. Volví a sentir que mi cuerpo se mojaba, está vez el liquido era más denso, de un color rojo tan sombrío e intenso que jamás olvidaré. Provenía de Guillermo.

Su primer contactó con la tierra fue un estacazo con una rama firme y puntiaguda se le encajo en el costado, tras la primer herida, aun con mucha fuerza de caída, un tronco lo golpeó en la cabeza y terminó con su sufrimiento.

Percibí mi rostro, gracias a que una lagrima se deslizó por mi mejilla.

Me quedé absorto, callado y reflexivo. Sin ganas de moverme, sin intentar desatorarme del ramaje, sin ni siquiera tratar de quitarme el traje, con el cuerpo de Guillermo inerte, lleno de orina y sangre sobre mi espalda.