miércoles, 14 de julio de 2010

LA LUTTE CONTINUE


¿Así que deseas seguir jugando gatita?

No te preocupes, lo que has saboreado hasta ahora, es tan solo la puntita de una grande y jugosa bola de estambre que te ha mantenido anhelando cada vez más. Los peregrinos de la luz también han estado a la expectativa, pero me atrevo a decir que no tanto como giu.

Algunos peregrinos de la luz, los auténticos fervientes, se darán cuenta de inmediato de que hay un impostor en este universo, puesto que el doctor Gyatso jamás se ha caracterizado por ser un fantoche, ni un fanfarrón y mucho menos un burlón. "Esto debe ser obra del doctor mamadorski", sospecharán.

En el pueblo, se respirará un aire de incertidumbre. La duda se sembrará en las cabezas de miles que no sabrán que criterio apoyar, ya que estan acostumbrados a que siempre se les diga que hacer, que comprar, que pensar. Hay un malvado poder encargado de difundirle a la población estos mensajes, liderado por un individuo al que todos conocen como "el Señor de las Diez" que en esta ocasión, le informará al pueblo qué es correcto creer.
Los medios apoyaran a los fervientes y se encargaran de convertirlos en ídolos. Profesaran que si todo el pueblo tuviera la idiosincrasia de estos individuos el progreso sería muy diferente.

El discurso del Señor de las Diez será algo así:
"¡Debemos tomar como ejemplo de vida a estos individuos y jamás volver a dudar del Dr.Gyatso!
Las sospechas se han comprobado y es evidente que se trata de un impostor. ¡Gracias fervientes, gracias!, por guiarnos por el camino correcto y por hacernos ver que aún todos somos pecadores. "
Finalizaría, en un tono punitivo:
"Deberíamos sentir verguenza por nuestros pensamientos. "
Al terminar su mensaje, una epidemia de culpa azotará a los habitantes.
Pero no todos en el pueblo son imbéciles. Algunos saben que la intención del señor de las diez es mantener al pueblo espantado. Hay quienes les gusta indagar hasta sentir la verdad en sus manos y son pacientes para dar una resolución.

Otro pequeño grupo de peregrinos de la luz, los agnósticos, inducirán que no existe impostor alguno, sino que hay dentro del continuo mental del Dr. Gyatso una dualidad inminente. Un bien y una ausencia de bien que reinaran sobre las conductas de su individuo por siempre. Aunque Gyatso sea un ser de conciencia elevada, el demonio del ego aprovechará cada oportunidad que tenga para escurrirse por sus entrañas. Su naturaleza ha sido dictada y nada se puede hacer al respecto.

Ciertos peregrinos señalaran al pequeño grupo de peregrinos agnósticos como los más sabios y sus demonios de ego serán alimentados.

Sin embargo, aun quedan uno o dos peregrinos de la luz que no han emitido opinión. Los que realmente son sabios. Ellos no hablaran.
Ellos, desde tiempo sin principio, lo único que han hecho, en virtud de que realmente pueden "ver la verdad", es que han sentido una gran compasión por el Dr. Gyatso y por sus semejantes. Saben que Gyatso se ha esforzado bastante puesto que no ha dejado de morderse las uñas y trabaja en su interior de manera constante. Pero también saben que el camino que recorre una semilla de flor de loto hasta salir del agua y florecer tiene eones de distancia, por lo que la lucha de Gyatso contra su humana bestialidad no será imposible pero casi inalcanzable.